Tratamiento PRP

PRP (Plasma Rico en Plaquetas) es la inyección de plaquetas, o plasma rico en plaquetas, obtenido de la propia sangre de la persona, en el área deseada. Las plaquetas son uno de los elementos celulares que se encuentran en nuestra sangre, como los glóbulos rojos y blancos. La tarea principal de las plaquetas es reparar los tejidos dañados, devolverlos a su estado natural y asegurar el crecimiento de nuevas células. El objetivo del tratamiento PRP es aumentar la capacidad de cicatrización natural de la piel con los propios factores de crecimiento. En el tratamiento con PRP, se entregan muchas más plaquetas al tejido dañado de las que puede transportar el torrente sanguíneo. Por lo tanto, se lleva a cabo el trasplante de plaquetas y su cuerpo continúa enviando plaquetas al área de aplicación.

¿CÓMO SE REALIZA EL TRATAMIENTO PRP CAPILAR?

El tratamiento PRP comienza con la extracción de sangre de la persona. La sangre extraída se coloca en tubos de sangre con soluciones especiales que separan el plasma y la sangre. Luego, los glóbulos rojos en la sangre se separan mediante métodos de centrifugación y microfiltración. Después de este procedimiento, el plasma rico en plaquetas emerge y se vuelve aplicable. El líquido de plasma se introduce en un inyector y el área que se va a administrar se prepara para la inyección. El plasma se inyecta en el área a inyectar utilizando el método de la siesta. Después de este tratamiento, que tiene una duración media de 30-40 minutos, se masajea la zona de aplicación. No se recomienda ducharse el día de la aplicación.

¿CUÁLES SON LOS BENEFICIOS DEL TRATAMIENTO PRP CAPILAR?

• Aporta flexibilidad y brillo a la piel.
• Previene la caída del cabello, proporciona reparación de tejidos
• Fortalece el cabello, aumenta la tasa de recuperación del cuero cabelludo
• Existe un tratamiento de apoyo después de las operaciones de trasplante capilar.
• Reconstruye la piel en heridas y daños en la piel
• Da brillo al cabello

¿QUIÉN NO SE APLICA PRP?

No se aplica a los que tienen antecedentes familiares de cáncer, a los que usan anticoagulantes, a los que tienen enfermedades de la sangre, a los que tienen una infección en la zona donde se hará la aplicación, a los que están embarazadas y amamantando.